martes, 9 de junio de 2020

These crazy times

Tengo mucha pena y verguenza en este momento. Estoy intentando usar mis frases de autovalidacion que aprendi en la terapia, y creo que lo mejor que puedo hacer por mi, por el momento, es aceptar estas emociones, pensar sobre ellas y decir "es legitimo". Se que no soy una victima, se que hay miles que han sufrido en manos de la que no tengo muy claro si fue o es mi clase. Ese conflicto siempre ha estado ahi. Se que alguna vez fui de esa clase y siento que quiero creer que ya no lo soy pero es como si pensara que por el hecho de haber nacido ahi siempre va a haber algo, un rasgo, una palabra dicha de cierta forma, que me va a poner en evidencia y que sera suficiente para que alguien pueda sacar conclusiones sobre mi crianza y sobre para donde quiero ir en la vida. 

Hace un poco mas de una semana mataron a un hombre afroamericano aqui en EEUU. Su nombre era George Floyd. Lo mataron los pacos. No es la primera vez que pasa y estoy segura de que no sera la ultima, a menos que se haga una reforma profunda a la policia. Lamentablemente los problemas raciales han existido por mucho tiempo aqui. Es el colmo que ocurra, incluso mas despues de haber tenido lideres negros asesinados, masacres en manos de blancos, y la discriminacion que viven a diario. Como no va a ser violento que te crien pensando en que un paco tiene poder para matarte solo porque tienes un rasgo fisico que no puedes ocultar? Como no va a ser violento que tus posibilidades de querer hacer algo con tu vida se vean truncadas por ese rasgo? Como poder vivir una vida digna asi? Una vida en la que sabes que nunca vas a tener nada? He leido hartos testimonios, reportajes, he visto videos, he hablado con gente negra, y estoy muy pensativa y con un tic en el ojo y mucha ansiedad. Es como si sintiera que esto de alguna forma es mi culpa. Se que no es mi culpa. Pero creo que la clase de donde vengo no habria dudado en esclavizar negros si hubiesen podido. Y eso es algo que me conflictua. Porque a pesar de que nunca lo hicieron, si lo hicieron con nanas mapuche. Y me encantaria escuchar que estan conscientes de esto y que no estarian dispuestos a hacer pasar a alguien por ese flagelo de nuevo.

El martes de la semana pasada en Instagram la gente subio una foto de una pantalla negra por lo de George Floyd, y gente que jamas en mi vida he visto mover un dedo por las muertes de mapuche estaban ahi, subiendo su foto, criticando a los blancos de gringolandia y la supremacia blanca, cuando frente al abuso en su propio pais se han quedado callados, no han posteado ni una sola mierda, y por supuesto que no se han ido a manifestar a ningun lugar publico. El racismo en Chile si existe, y es BRUTAL. Tan brutal como el que hay aca en EEUU con los afroamericanos. He estado hablando esto con amigas, tanto de aca como de Chile, y es loco como incluso hemos empezado a recordar frases que hemos escuchado dentro de nuestras familias o conocidos. En mi caso, pense en lo de las guaguas blanquitas, pense en mi pelo rizado cuando era chica, en el pelo grueso y liso de la anita, pelos sin brillo no porque no comieramos bien, sino porque no era lo bastante rubio, me acuerdo de las veces en que paseabamos en familia y a la Fran le decian que su pelo era muy lindo -era igual de ruliento que el mio asi que esta claro que lo que era lindo no era la forma, sino que el color-, que parecia una muneca. Me acuerdo cuando eramos mas chicas y con la Anita hablamos de (se que va a sonar un poco ridiculo) que nos sentiamos las primas "negras" de un lado de la familia (tengo clarisimo que nunca por eso dejamos de tener oportunidades en la vida como si las han dejado de tener los negros, se lo escandalosa y desproporcionada de la analogia que haciamos en esos tiempos). No eramos rubias, no teniamos los ojos azules y no teniamos esos cuerpos delgados, ni pelos tan disciplinados como nuestras conductas, ni ese silencio complice, ni ese asco por los gays, ni esa fascinacion por jesucristo y otros simbolos del dinero y el poder en general. 

Cuando pienso en racismo en Chile obviamente pienso en negros. Pero no siento que sea el racismo mas original que tiene nuestro pais. Si pienso en los mapuche. Nuestro pais se fundo debajo de sus huesos y su sangre fue derramada con tal de subordinarlos y hacerlos los sirvientes de los espanoles y criollos y tener a disposicion sus ricas y explotables tierras. Y esto ha sido asi por cientos de anos, ellos siguen siendo masacrados, violados, usurpados. Y eso es normal, la gente lo acepta, nadie dice nada. O al menos la gente detras de las instituciones con el poder de hacer algo no lo hace. 
En fin. Cuando pienso en los problemas raciales del pais no puedo evitar pensar en mi familia porque veo que alli ocurrieron varios hechos, se emitieron juicios, se guardaron secretos y se pasaron a llevar derechos. Podria hablar de mas de una cosa pero no quiero perder el foco, asi que voy a concentrarme en lo siguiente: Nana mapuche.
En Chile era muy corriente (no se si lo sigue siendo) que en los noventas los hogares del barrio alto contaran con empleadas domesticas puertas adentro. Esto quiere decir que la empleada no solo tiene su jornada laboral de 8 horas como las de cualquier persona amparada bajo la Constitucion de Chile y que tiene un contrato, sino que ademas pernocta en el lugar de trabajo (la casa de los patrones). Encuentro que eso ya es delicado porque creo que hace que sea aun mas dificil de respetar las horas de trabajo de la empleada justamente porque esta ahi las 24 horas del dia. En mi familia esto no fue la excepcion. El Chile de los 90 donde las mujeres empezaron a salir mas de casa para trabajar hizo que las mujeres de clase alta pudieran delegar la tarea del cuidado en terceros partidos que no necesariamente fueran la abuela o la tia como ocurria en otros casos, sino que si habia dinero se podia pagar a alguien para que hiciera esa tarea. En mi casa no se cuanto tiempo duro el desfile de proyectos de cuidadoras. Lo que si se es que cuando yo tenia 8 meses, es decir en Julio de 1990, llego a la casa la Ines. Ines Vera Curin. La Ines era de Panguipulli, de mama y papa mapuches. Acabo de mandarle un mensaje a mi papa para saber como la contactaron. Pero por lo que mis neuronas pueden conectar, me tinca que como mis abuelos se estaban construyendo una casa en Panguipulli deben haber ido a buscar gente que viviera por ahi y que estuviera dispuesta a trabajar en la casa de ellos. No creo que Panguipulli sea una casualidad. ***Actualizacion: mi abuela puso un anuncio en la radio de Panguipulli donde anunciaba que necesitaba una empleada puertas adentro en Santiago. Cuando le pregunte a mi papa por que no buscaron a alguien en Santiago me dijo que "ya era dificil encontrar gente sana en Santiago". Pienso en la palabra "sana" y me imagino que quizo decir que era gente que no robaba, que no era problematica". A veces eso me hace pensar que "sana" se refiere a "tolerantes a la frustracion de la esclavitud".
En fin. La Ines tenia 17 anos cuando llego a trabajar a nuestra casa. Como toda casa del barrio alto, su pieza se ubicaba al lado de la cocina. Tengo el recuerdo de esa imagen, yo de pie frente a la cocina y la larga proyeccion del pasillo que la constituia. A mi izquierda, el refri. Al frente y al final del pasillo, la puerta de salida al patio. A mi derecha, el comedor donde almorzabamos diariamente con mis hermanas. Y al lado del comedor, una puerta que llevaba a la minuscula pieza de la Ines. Entrar a su pieza era como dar un extrano brinco al pasado: sabanas y cubrecamas viejos que mis papas habian deshechado, un despertador verde con la imagen de una gallina y un pollito, y la cabeza de la gallina moviendose al ritmo del segundero. Un velador con la clasica Crema Lechuga (una popular crema de manos de Chile) que supongo usaba despues de terminar con las manos agrietadas por el sistematico contacto con cloro. Una peineta con la que se hacia su partidura al medio. Panuelitos para exhalar la pena de estar tan lejos de su familia, tan incomoda en esta casa con reglas desconocidas, donde no soy nadie, donde a pesar de que en cada cumpleanos me sirven un pedacito de torta y dicen que soy de la familia, veo mi pelo, mi piel morena, mis ojos negros, grandes y sin embargo rasgados, mi falta de vocabulario y de dientes, y se que no soy de la familia. Al frente de los pies y la cama, una mesa con la antigua tele que mis papas habian descartado. No tenia control remoto como la tele nueva, sino que habia que pararse al frente de la tele y girar una perilla. Mucho de lo que habia en esa pieza era para el descarte. Me pregunto si la Ines tambien lo era. 
Con ella pasamos fiestas y vacaciones. Por muchos anos me desperto y vistio para ir al colegio. Nos cambiamos de casa tres veces y ella iba con nosotros. La ultima casa en que vivimos antes de que ella se fuera era bastante grande y debe haber sido un trabajo dificil limpiarla sola, asi que a pesar de tener una pieza mas grande que las que habia tenido hasta ese momento, su pieza era ocupada por dos camas, y una de ella seria ocupada intermitentemente por una segunda empleada. Y cuando llegaba alguien, siempre habia problemas entre la Ines y "la nueva". Como no, si eran dos adultas que no tenian nada en comun, que estaban durmiendo en su lugar de trabajo sin nada de privacidad, compartiendo un bano enano y donde la unica ventana que habia miraba hacia lo que mis papas llamaban "el patio de servicio", que apestaba a pichi y caca de gato. A ratos llegaba una brisa de olor a detergente por la ropa que colgaba de los cordeles, siendo esta la recreativa vista que tenia la ventana de su pieza.

La pandemia ha cambiado mi rutina. Antes, despues de un dia de trabajo, tenia el tiempo de "commute" (el camino de la pega a la casa o de la casa a la pega) para desconectarme de el. Leia un libro, escuchaba un podcast, miraba pa afuera desde la micro, a veces caminaba a casa, me demoraba una hora pero me daba lo mismo porque era mi rato libre y asi me gustaba disfrutarlo. Despues llegaba a mi casa y era mi momento de conexion "familiar", hablar con Maxi, comer juntos, hablar quizas con alguna amiga por skype, incluso a veces salir a tomar unas cervezas ya fuera con Maxi o con amigxs. Tengo claro que esta es una definicion super burguesa del "commute". Se que no para todo el mundo el commute es un momento de "relajo". Pero pienso en quienes pernoctan en su lugar del trabajo, donde no existe ese "parentesis" entre el trabajo y la casa. La Ines no tuvo esa opcion, mucho menos cuando viviamos en Colina donde realmente debe haber sido una prision. Me acuerdo de sus "tiempos libres" dentro de la casa, y consistia en ir a su pieza, prender la tele, mirar con los ojos vacios, bordar, hacer trajes para sus familiares, planificar su siguiente viaje a Panguipulli, pensar en que hacer el Domingo que era el dia en que podia estar fuera de su lugar de trabajo. Como no voy a odiar la vida y ser una amargada si no tengo tiempo libre para dedicar para mi, mi familia o amigos? Cuantas veces interrumpi su descanso yendome a ver tele con ella, diciendole que me acompanara a jugar con los perros, diciendole que le podia ensenar a jugar nintendo? Cuantas noches en que no me podia quedar dormida me arrastre por el suelo para que no sonara la alarma solo porque queria irme a su pieza a dormir con ella porque solo asi lograba conciliar el sueno? Mis papas trabajaban bastante, sobretodo mi mama, y me imagino que fue porque era necesario para sustentar el estilo de vida que querian para nosotros como familia (colegio privado, casa en los suburbios, dos autos, dos nanas, dos autos, vida social). Y creo que eso sin querer hizo que yo sintiera una conexion muy grande con la Ines ya que pasaba todo el dia con ella. Es muy loco para mi pensar ahora que, por mucho carino que nos tuvieramos, era una relacion laboral. Pero que el mundo del trabajo que yo conozco es algo diametralmente distinto de lo que era para ella. No creo que haya sido facil separar la esfera de lo laboral con lo domestico y privado viviendo en el lugar de trabajo. Al final, que yo me haya ido a dormir a su pieza era mas trabajo para ella. Le habran pagado mas por eso? Le habran pagado todas esas horas extra en que yo me iba a meter a su pieza a ver Sabado Gigante con ella? No lo creo. Vivir sin tener contacto humano mas que con tus empleadores y gente que no tiene nada que ver contigo debe ser realmente desgastante para el alma. Mas encima en esos tiempos sin celular, haber tenido ese tipo de trabajo realmente debe haber sido una prision. Me imagino lo dificil de mantener una relacion de pareja en esas condiciones, sin poder visitarse, sabiendo que solo habran 4 dias en el mes en que se podran ver. Me acuerdo de ver la transformacion de la Ines cada domingo. Despues de verla con su delantal blanco toda la semana, pensando que era la unica prenda que tenia, sin haberme preguntado que habia mas alla del delantal, sin conocer como era el estilo de ropa que le gustaba, que accesorios usaba, que cosas le gustaba hacerse en el pelo, si se ponia colonia o no, los domingos en la manana las inmediaciones del lavadero y la despensa se llenaban de un penetrante perfume de flores, se escuchaba un taconeo que no era de mi mama, y de pronto aparecia la Ines diciendo "ya, estoy lista" con sus rulos hechos, el pelo suelto, casi siempre vestida de negro pero elegante como nunca la habia visto, con una chaqueta de plush brillante, con aros de perla mas grandes que sus ojos, con las pestanas encrespadas y un poquito de labial. "Vamos" decia mi papa. Nos subiamos al auto los tres y la ibamos a dejar a "el cruce", que era la interseccion de nuestro pasaje con la carretera por donde pasaban los buses que iban a Santiago. Alguna vez supe a donde iba pero ahora no me acuerdo. Con quien habra pasado sus domingos? Como volvia? Caminaba sola desde el cruce hasta mi casa, vestida elegante sorteando a los perros callejeros, las miradas lascivas de los viejos curaos que se ponian en las entradas de cada pasaje, saltando las pozas de agua y barro en invierno? 
Era tanto el tiempo que pasaba junto a ella que empece a adoptar algunas de sus expresiones. Hay evidencia de esto en un video del ano 94, donde estamos en Pucatrihue con mi familia y con unos amigos de mi familia. En la playa me hice amiga de unos ninos que vivian ahi (cuando veo el video ahora se nota en sus sus caras que al menos tienen ascendencia mapuche, cosa imperceptible para mi en ese momento), y les dije que se acercaran para conocer a mi familia. El video me muestra a mi jugando con ellos y luego trayendolos a donde esta mi familia para decirles quien es quien. "El es mi papa, se llama Javier, ella es la Tutito, mi hermana grande, y la guaguita es la Francisca, mi hermana chica". Y cuando llego la hora de presentar a mi mama dije "Y la Senora Anita", exactamente la misma forma de dirigirse a ella que tenia la Ines. Todos rien en el video pero me imagino lo triste que se debe haber sentido mi mama.
La Ines me enseno cosas de las que mis papas se reian. Por ejemplo, me decia que no tenia que dormir de espaldas porque sino venian los malos espiritus y me hacian tener pesadillas. Me hablo del trauco y me dijo que cuando fuera mayor tenia que tener cuidado con el. 

Me acuerdo que cuando estaba en cuarto basico (1999) para el ramo de Lenguaje me empezaron a pasar los Mapuche y el Mapudungun. Aun guardo el cuaderno donde escribi lo que aprendi ahi. Me ensenaron algunos mitos, algunas palabras y me hablaron un poco sobre el conflicto mapuche en el sur. No se bien si yo sabia que la Ines era mapuche., pero me acuerdo que cuando le conte que me estaban pasando esto estaba rallando. En ese tiempo estaba ocurriendo el conflicto de Ralco, y tuve que escribir una noticia al respecto. La Ines me ayudo un poco. Mi noticia se trataba de darles espacio a los mapuche para que levantaran sus demandas. El titular decia "Queremos que nos devuelvan nuestras mapu". Seguramente fue un escandalo para la profesora pero en realidad no lo recuerdo. 

A principio del 2000 la mama de la Ines se enfermo muy mal, y ella paso mas dias de lo que tenia presupuestados de vacaciones acompanandola. Me acuerdo que no andaba muy bien. Ese verano estaban trabajando en la casa la Ines y la Mirtha, que era su cunada (pareja de un hermano de la Ines). Ahora que lo pienso seguramente pasaban juntas los domingos. Un dia de febrero, muy cerca de su cumpleanos (el 24 de febrero, nunca se me va a olvidar porque siempre le leia su horoscopo para Piscis) la llamaron para decirle que su mama habia fallecido. Me acuerdo que lloro y lloro, y yo queria ir a verla pero me decia que la dejara sola. Me puse en el living, al lado de la cocina, para escuchar de que hablaban y la Mirtha le decia cosas para consolarla. " Ya, ya. Shhhhh. Ya esta descansando en el cielo, tenemos un angelito" Pero nada la consolaba. Me imagino recibir una noticia asi y no poder encontrar un momento de paz porque vives en tu lugar de trabajo, y no puedes salir hasta el domingo. Supongo que en algun momento hablo con mis papas, y partio. Se fue al sur, a enterrar a su mama, a estar con su familia y a consolar a su papa. Volvio un tiempo despues, y dijo que se iba para siempre, a acompanar a su papa porque no podia dejarlo solo. Esto fue una oportunidad de renunciar a este trabajo que yo creo que la hacia menos feliz de lo que ella sabia en ese momento. Despues de haber dejado su casa a los 17 anos, por un proyecto de trabajar viviendo en la casa de los patrones, proyecto que duro diez anos, donde vio como las ninas iban creciendo, donde vio como el matrimonio de los patrones se desgasto y se quebro, donde vio a mi mama ebria, desvaneciendose en el pasillo por el exceso del alcohol, apanandola y llamando a mi papa para que la llevara a la clinica, despues de haberse hecho cargo de tantas mas weas que las que estaban dentro de su contrato, despues de ver el crecimiento de sus sobrinos solo por las fotos que le compartian sus contactos en Stgo, sin estar realmente consciente del envejecimiento de sus papas por no poder verlos en todo un ano... Debe haber sido una decision por lo menos muy dificil.

Yo tengo un trabajo.  He trabajado casi sin parar desde el 2015. Nunca he dormido en mi lugar de trabajo. Y aun asi tengo recuerdos de trabajos emocionalmente muy desgastantes y donde aun asi solo iba a trabajar ahi 8 horas. Despues me iba a mi casa, sin el computador de la pega, y me podia "olvidar" del trabajo. Pero un trabajo como ser empleada domestica puertas adentro debe ser de los trabajos mas desgastantes que pueda haber. Y la razon de por que relacione esto con el racismo es porque en Chile se sigue pensando que los mapuche tienen algo que los hace perfectos para hacer este tipo de pegas mal retribuidas, con escasa seguridad social y abusivas. Muchos patrones sienten que estan haciendo caridad dandoles trabajo, que les estan dando una oportunidad que nadie mas les podria haber dado, que la casa es rica, que puedes sacar algunas de las cosas que comemos, pero por favor: estoy segura de que ningun patron gozaria con la idea de una de sus hijas yendose a trabajar lejos de casa siendo menor de edad, viviendo de internada en su lugar de trabajo, estando expuesta al clasismo chileno donde la clase dominante realmente cree que puede denostar a diestra y siniestra, como cuando mi madrina llama a las nanas con una campanita al mas puro estilo de vieja reculia a donde la viste ctm. La clase dominante sigue creyendo que los mapuche nacieron para servirles, que son feitos, que no saben hablar y que son sujetos a los que "hay que ensenarles". Estoy segura que si las empleadas fueran blancas y parecieran primas de los patrones, el trato hacia ellas seria diferente. Ellos creen que pueden dar ordenes, y que por el hecho de que estan viviendo ahi en la misma casa y porque estan recibiendo un sueldo pueden pedirles lo que quieran, las tareas mas denigrantes, los trabajos mas pesados, porque siempre han creido que si estan pagando por un servicio pueden hacer lo que quieran. Estas cosmovisiones de alguna forma permearon mi joven e infantil cerebro, y me acuerdo que una vez en el colegio una profesora dijo "ninas, no boten papeles al suelo, miren que despues los auxiliares tienen que estarlos recogiendo". Y recuerdo haber disentido de esta observacion y haber pensado "pero si les pagan para eso, para recoger mis papeles". Es decir, que si yo hubiese querido podria haber picado miles de papelitos y haberlos repartido por todos lados, sabiendo que ellxs iban a ir y recogerlos porque es su trabajo. No saben cuanto me arrepiento de haber pensado eso. Ahora entiendo por que lo pensaba y afortunadamente estoy en profundo desacuerdo. Creo que mi experiencia trabajando en un restaurant me acerco mas a las respuestas de por que eso estaba mal. Y es que pienso que no porque a alguien se le este pagando por servir significa que como empleador puedo abusar. Pagar un servicio no quiere decir que puedo pedir lo que yo quiera. Pagar un colegio no quiere decir que yo puedo pedir que las cosas se hagan como yo quiero. El trabajador no es un bien que el cliente pueda consumir como si lo que esta al frente de el no fuera una persona con Derechos Humanos. Estoy tratando de recordar situaciones frustrantes que me hayan pasado con clientes, y me acuerdo de una weona que se llamaba Amy del MIT que empezo a llamar los lunes para encargar pizzas para los martes en la manana en Vassar St. Nunca se me va a olvidar. La culia un dia llamo y parece que habia amanecido con el pie equivocado, y me gritoneo porque se me borro el nombre de la calle, el numero de la sala a la que teniamos que mandarles las pizzas y su telefono. Cuando quise anotarlo de nuevo, no le entendia bien los numeros. Me dijo "are you ffffff.....freaking kidding me?" y weon, por mi acento se nota al tiro que soy latina, y encuentro que por eso me merezco que la gente me tenga un poco mas de paciencia porque por no manejar el lenguaje estoy evidentemente un peldano mas "abajo" que ella,  sobre todo si no puedo leerle los labios porque estoy en el telefono. Me fui masticando rabia ese dia, pense en esta mujer de mierda toda la semana, como alguien que cree que tiene un poco mas de poder que tu para hacerte sentir lo mal no tiene ninguna duda en usar ese poder y hacerte sentir mal por algo que no puedes evitar wn, yo no podia escuchar bien y tuve un problema con la caja donde estaba haciendo el cobro. No entender que soy una persona, que merezco paciencia, que no porque estoy proveyendo un servicio significa que estoy a su orden, o que soy su esclava y que tengo que responder a todas tus necesidades de weona mimada, no significa que todo tiene que ser rapido y a tu ritmo porque el que esta haciendo las cosas al otro lado es una persona. Asi que le digo a la Mane del pasado: ese auxiliar efectivamente trabaja haciendo aseo, no se lo hagas mas dificil, la wea ya es una mierda, les deben pagar un moco, tienen que verle la cara a las weonas que en el futuro probablemente sean la clase dominante y opresora, ninguno de ellxs tenia rasgos "blancos" con los que automaticamente si los hubieran tenido el trato habria sido diferente porque "podria ser mi hermana" (? en realidad no, porque las hermanas de esta gente no trabajan haciendo aseo para nadie, ni siquiera para si mismas porque no saben que pueden hacerlo porque toda la vida han tenido nana y creen que son una necesidad basica, y en esta pandemia la han tenido shuer dificil porque no saben ni siquiera tirar la cadena del water ctm). 
Ok, luego de ese gran desahogo. creo que aun no se entiende por que empece hablando de racismo. Los negros habitan EEUU hace mucho tiempo  y los siguen matando. En Chile los espanoles llegaron a sacar a los mapuche, a reducirlos, a desplazarlos y dejarlos viviendo en las tierras mas inaccesibles y remotas. Y los matan por querer defender lo poco y nada que les queda. En ese sentido veo muchas similitudes con los negros. Tambien pienso en mi pelo cuando era chica, que nunca recibi un cumplido por el, creci viendo como complementaban a las ninas de cabellos dorados y lisos, a los ojos claros, a los rasgos caucasicos, recuerdo estar tan consciente de lo voluble que era mi cuerpo adolecente que me tocaba la nariz todos los dias de forma tal que se me deformara el cartilago y me quedara mas respingada, recuerdo pasar horas frente al triple espejo del bano de mi mama mirando mi rostro de perfil y odiando como se veia esa nariz tan distinta a la de Barbie, odiando la mata ondulada que tenia de pelo, tinendola, cortandola, nunca siendo suficiente. La belleza esta terriblemente blanqueada. La gente se alegra de cuando las guaguitas "salen blanquitas" porque nadie quiere tener el pelo negro, la tez morena, las pestanas rectas, los ojos pequenos y rasgados, medir 1 mt 50 cm, porque esa es la ruta directa a vivir una vida que todxs sabemos que sera miserable. En Chile los mapuche son discriminados por lo evidentemente mapuche que son sus nombres y/o apellidos; por el mito de que son alcoholicos y flojos, cuando la verdad es que el alcohol fue introducido por los espanoles para poder debilitar y someter a este obstinado pueblo ( Bengoa J. Historia del pueblo mapuche (siglo XIX y XX). Santiago de Chile: LOM Ediciones; 2000).

El ser mapuche es un motivo para que tu vida sea mas dificil. Hay una probabilidad de que termines siendo un activista muerto a balazos por los pacos y que los registros de tu asesinato invariablemente se pierdan. Seguramente si vas a un colegio en la capital se reiras de tu nombre, de tu apellido, de tus rasgos y/o de tu idioma y te hara sentir que hay algo de lo que te constituye como ser humano que debes esconder y censurar. Te diran que eres huaso cuando des a conocer tu cosmovision. Quizas si tus papas se comprometen con la causa mapuche y dedican sus vidas a luchar por la recuperacion de tierras, en algun punto te quedes huerfanx. Y lloraras de rabia cuando veas que las instituciones que debieran hacer algo al respecto no haran justicia por tu familia. Puede que inventen dichos populares que relacionen la falta de habilidades cognitivas con el hecho de que tu cabello crezca demasiado cerca de tus cejas para el gusto de ellos, donde a mayor cantidad de dedos de frente, mas perspicaz e intelectual es el ser humano evaluado (por si no se entiende, me refiero a cuando se habla de la "cantidad de dedos de frente" que tiene una persona, y donde mientras mas dedos de frente tengas se supone que es mejor). Probablemente haras trabajos manuales, te pagaran mal, y si alzas la voz te van a tratar de "indio sublevado". Cuando a los ninos ricos les ensenen de tu existencia en el colegio van a pensar que tu traje tipico es un delantal blanco, y pensaran que el Kupam y el Traruwe son "disfraces". 

No podemos seguir permitiendo que ser mapuche en Chile sea tan dificil. Y esto requiere un compromiso mas grande que simplemente postear imagenes en instagram. Si tienes instagram tienes el poder de al menos llegar a toda la gente que te sigue. Puede ser mucha, pueden ser no tantas personas, pero difundir las noticias escandalosas que ocurren es al menos la base de tu compromiso. No te puedes perder la marcha del dia de los Pueblos Originarios, y la del 12 de Octubre mucho menos. Tienes que leer mas de historia, y ver como esta ha sido contada por decadas. Leer a historiadores mapuche, para que puedas conocer el otro lado de la moneda que jamas te nombraron en la escuela. Amplificar las voces de los mapuche, votar por ellxs para cargos de poder para que su cosmovision tambien este representada en esos cargos que toman decisiones por todxs nosotrxs. Ser humilde para aceptar que no todo gira en torno a la forma en que vemos el mundo como "occidentales". Aprender que la medicina mapuche tiene coherencia interna y no puedes medir su calidad con el metodo cientifico ampliamente conocido. Respetar formas de produccion que no esten basadas en el capitalismo y no etiquetar de "flojo" a todo aquel que se escape de ese esquema al que estas habituadx. Dejar de pensar que el unico trabajo al que pueden aspirar es a los relacionados con servicio, y no algo "mas elevado" en la vida. Abandonar el prejuicio de que solo hay un solo tipo de mapuche. Saber que hay mapuche urbanos, academicos, periodistas. Sacarte la caricatura de "la pluma parada" de tu cabeza (nunca las plumas han sido parte de la vestimenta mapuche). Pensar en tu historia, y ver si alguna vez hubo abusos, tanto si hubo personas dedicadas al servicio sometidas a condiciones laborales precarias, asi como tambien saber si en algun punto de tu linaje hubo una violacion de la cual tu familia provenga. Ceder tu poder, abandonar la hegemonia, realmente pensar en un mundo diferente y mejor. Muchas veces me he sentido culpable de como mi clase de origen le ha arruinado la vida a muchas personas. Pero creo que si de algo sirve el poder con el que naci es para abandonar la practica de dejarlo siempre en manos de los mismos. 

lunes, 4 de febrero de 2019

"Paloma fea"

El otro día, un lunes, me detuve en una plaza a la que le guardo especial cariño. Me senté a llenar mi memoria de buenos recuerdos, como esos niños que se columpiaban con las hojas de plátano oriental bailando al son de las seis de la tarde.
Rondas, bicis, celulares, mamás, cuidadoras, había todo tipo de entretenimiento. Corrían detrás de las palomas. En eso escucho que los niños le gritan a una: "Paloma feaaaa!!" mientras la corretean y acosan sin parar, como si el bullying no fuera un problema.
Me quedé pensando "qué hizo esta paloma para que la traten así?".
A mí no me gustan las palomas, sobretodo luego de haber trabajado en el Paseo Bulnes, que en realidad debiera llamarse "Paseo Paloma" porque es un monumento a nuestra ave nacional no oficial. Sin embargo, las he respetado a lo largo de mi vida.
Bueno, sí, alguna vez se me ha escapado un "paloma culiá" cuando, urgidas por las migas de pan que les tiran los viejos, surcan el aire con unos aleteos llenos de enfermedades, polvo y piojos de paloma (no sé cómo se llaman ni si existen, en realidad...). Pero no correría detrás de una insultándola como estos niños.
Desde que mi tata murió, tengo la esperanza de encontrarlo no solo en objetos y dichos que se transfieren dentro de sus descendientes, sino también en otros seres vivos.
Desde que miro a las palomas y pienso que podrían ser mi tata que nunca más volví a decir "paloma culiá". Creo que a mi tata no le gustaría que le dijera eso cuando él lo único que intentaba hacer era contaminar mi helado.

domingo, 27 de enero de 2019

Tipo de vecinos de un largo viaje en bus (clasificación apta para personas full controladorxs)

1) La soa que juega candy crush y no sabe poner el telefono en silencio
2) el viejo que se sorbetea los pollos (y hasta vomita en el bus tratando de pasar piola)
3) La vieja que se va todo el viaje hablando por celular con alguna pariente y que pela a toda la familia en esa pasada
4) El weon que hace llamadas laborales a too tsantso y que cuando le pides que baje el volumen te dice que el es bien hombrecito y que está generando las lucas pa llevar a la casa, asi que que no se va a quedar callao.
5) La pareja que a propósito eligió los asientos de más atrás y se van calladitos todo el viaje y de vez en cuando se les escuchan sus risitas coketas.
6) El/la viejx sapx que cada vez que abres la boca para compartir algo con tu compañerx de viaje te mira como si le estuvieras hablando a el/ella.


No te amarguíh. Probablemente te toque lidiar con algunx de estxs personajxs cada vez que viajes en bus.

La Intensidá

En el último tiempo me he sentido más nerviosa, más reactiva, menos dispuesta a andar contenta por la vida. Me he sentido débil y dependiente, me he sentido con una falta de fortaleza que a veces hasta he pensado que no puedo salir sola a la calle. Me doy cuenta de que ando inteeeensa. Estar lejos de los míos me pone sensible, y me pone inteeeensa po.
Ayer vimos un documental que creo se llamaba "American Meme" y había una influencer que salía hablando de su infancia y de la ansiedad que tenía. Contaba que cuando era chica sus papás se llevaban como el pico, que una vez pilló a su papá tratando de acuchillar al papá y que eso la hizo ponerse muy ansiosa, que se despertaba ahogada en las noches. Y recordé una época de mi vida, cuando tenía como 7 años, en que me habían operado de peritonitis, creo que había pasado lo de mi tío por ahí cerca, y además mis papás se habian separado por primera vez y mi mamá estaba dando bote jevi. Me acuerdo que en esa época me despertaba ahogada en las noches. Me llevaron al doctor y me dijeron que quizás como mi mamá era asmática yo también podría estar padeciendo un cuadro de asma. Así que me dieron un inhalador. Me seguí despertando ahogada en las noches pero al menos con el inhalador me volvía el oxígeno al cuerpo. Al final atacaron los síntomas pero no el problema de fondo.
Hace tres días me junté con una amiga (Andre) y me contaba que su mamá era una persona tan aprensiva que a ella le causaba una ansiedad muy grande. Yo me puse a pensar qué me pasaba a mi con mis papás, y me doy cuenta de que siempre he sentido que, muy por el contrario que la mamá de mi amiga, mis papás siempre intentaron bajarle el perfil a cada cosa que a una le ocurría. No se los recrimino porque ya está, ya fue la weá no más po, eran las herramientas que tenían en el momento. Pero encontré jevi haberme dado cuenta de que en realidad no empecé a ser ansiosa hace 4 años, sino que esto venía de hace tiempo, solo que nunca le había tomado el peso....siempre le había bajado el perfil. Es loco porque en el último tiempo no me he sentido bien, y creo que es porque he estado sintiendo muchas cosas del pasado que tienen repercusiones en el presente. Pero creo que es una pega que tengo que hacer por todos esos años en que hice como que no pasaba nada. Pienso en mí escondiendo esa peritonitis, bajándole el perfil a mi dolor de estómago, negando que me dolía la guata solo por no querer ir a la clínica y por no preocupar a mis papás. Por qué me zampé todos los chocolates en una tarde? por qué estaba tan ansiosa?? Nunca me lo pregunté.
Es incómodo estar haciendome estas preguntas ahora, porque es doloroso, porque es pasar de nuevo por esos lugares oscuros de mi de los que nunca me quise hacer cargo. Pero siento que ya estoy un poquito más fuerte que ayer, y espero que en unos meses pueda mirar atrás y sentir que soy más fuerte. Me encantaría poder retroceder el tiempo y ver cronológicamente cómo fueron pasando las cosas, para poder entenderme mejor. Vivia super feliz en ese autoengaño, y me gustaría poder vivir igual de feliz pero con la tranquilidad de que me hice cargo de mis heridaas, debilidades y lados oscuros.
En los últimos meses he tenido pensamientos fuertes. Me he acordado mucho de mis diarios de vida del 2002, donde pensaba que mi vida no tenía sentido y pensaba mucho en la muerte. He vuelto a sentir cosas cuáticas y tristes, y me doy cuenta de que la herida que tengo ahora es la misma herida del 2002 que tengo que sanar. En las últimas semanas me he dado cuenta de que siempre me he relacionado con los demás definiéndome como una víctima de algo, dándo lástima, contando mis historias tristes. Y pienso que tengo que empezar a cortar eso. Siempre siento mucho desde ahí y es la forma en que siento que puedo manipular a los demás. No me pueden pedir tanto porque como soy víctima soy débil. No quiero ser más víctima, porque siento que eso no me da fuerza. Tengo que saber que sí, he sido víctima de algunas cosas, pero no andar con pará de víctima por la vida porque me hace pésimo. Yo me hago mal a mí. Y eso tiene solución.
El otro día hice una rutina de meditación con un mantra que me dejó pensando mucho en todo esto. El mantra decía "I am strong, I am grounded, I am rooted in my own being. I am one with the universe and all its creation". Lo repetí muchas veces, y siento que tuvo un efecto. Porque me di cuenta de cómo me tiritaba la pera cada vez que me pensaba como alguien fuerte. Tengo que tener menos miedo a ser fuerte. Ese camino me acerca a ser cada vez más genuina.
Este año, a pesar de que ha sido super culiao y dificil en términos personales, me ha enseñado a conocer más de cerca mis miedos. Me he dado cuenta de que soy tan fuerte que puedo mantener las situaciones bajo control. Hace poco me asustaba mucho sentir que podía perder el control de una situación y morirme por eso, o sentir que me iba a morir. Hoydía estoy entre que más entregada y también entre que conozco mejor mis miedos porque con tanto tiempo que he tenido sola he podido pensar bastante en esto. Puta, he escrito esto de corrido y sin corregir, probablemente sea una corriente de la conciencia, pero así me salió. He aprendido a volver a confiar en mí, y aunque ha sido lento cada vez más siento que mi cuerpo es un lugar seguro para mi alma, cosa que hace tiempo que no me pasaba.

Será que estoy viviendo mi retorno de saturno?
Ya, me voy a dormir.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Un nuevo respiro para la vida y este blog

Hola! Aunque seas de las pocas personas que ha ingresado a este blog, te hablare como si nos conocieramos y como si supieras cual es la historia detras de mi. 

Cambiamos de pais, estamos cambiando nosotros tambien, todo. Todo esta cambiando. Para bien, pero los cambios nunca son faciles porque nos exigen salir de nuestra zona de confort. Es por eso que tambien decidi cambiar la cara del blog. En su primera etapa fue muy rojo y muy recargado de imagenes, enlaces e informacion en general. Luego siguio con tonos rojos pero un poco menos recargados. Habian unos tonos negros y morados tambien. Parecia como peli de halloween. Despues, hace un poco mas de dos anos, los colores cambiaron. Saque los rojos y los negros y entraron los verdes, turquesas, marrones. Sin embargo aun seguia viendose recargado. Por eso, ahora decidi sacar todas las cosas que me parecia eran muy distractoras y agotadoras para los ojos, y deje el sitio mas limpio. Creo que esto de ser duena de casa me ha transformado, y no solo se nota en como quedo el blog, sino tambien en que ya no uso tantos aros grandes porque me da paja, son tan pesados, se me enredan. Y ahora prefiero andar comoda y sin cosas innecesarias. Me visto menos recargada que antes (eso no quiere decir que me hayan dejado de gustar los colores fuertes y las telas con disenos), pero al menos soy mas agradable a mi propia vista. Logre hacer ese ajuste. 
El ano pasado me propuse salir del morado. He abusado mucho de ese color, tanto en el pelo como en la ropa y accesorios. Y fue demasiado. Asi que he empezado a probar otros colores. 
Tambien me gustaria dar un giro en el blog. Siento que antes solo lo usaba para reirme de cosas muy dramaticas que me pasaban. Como si no quisiera sacar ninguna leccion de eso porque era materia de risa, cuando en realidad habian lecciones muy patentes detras de cada anecdota. Quiero ampliar un poco mas el contenido. Tambien contare tonteras que me pasan, pero tambien me gustaria escribir mi opinion sobre ciertos temas, algunas recetas, escribir sobre viajes con una vision mas adulta, etc... Salir un poco de lo que definia al blog antes, que siento que era justamente esa Mane muy poco responsable de lo que le pasaba. Ahora quiero hacerme cargo de lo que me pasa a mi y lo que pasa al rededor. 
Ojala que a mi y a todes les que estan leyendo esto gusten de este nuevo giro y si no les gusta entonces cambien el canal.



jueves, 29 de diciembre de 2016

Un homenaje a los perritos

Si hay algo que ha permanecido más o menos estable a lo largo de mi vida, es mi relación con animales en general, y más en específico con perros y/o gatos. Desde que tengo cinco o seis años que en casa siempre tuvimos mascotas, de hecho mi casa era un receptáculo de animalillos que venían en decadencia. Así aparecieron por ejemplo el Wonder (o "Guánder", si nos ponemos estrictos con la pronunciación), un ex-campeón de no sé que cosa en su especie (era un Bóxer) y también el León, un San Bernardo más grande que yo en ese tiempo, que con doce años llegó a mi casa por unos ligeros tres días, después de que mi hermana le acariciara su viejo hocico, y frente a lo cual él se vio pasado a llevar y atrapó con sus fauces el dedo gordo de la mano acariciadora, para hacerla volar violentamente por los aires mientras sus dientes se aferraban al dedo. 
No solo llegaban perros de raza: también llegaron el Washington, un fox terrier chileno con evidentes muestras de mezclas con otras especies locales que duró tan solo unos meses, tras ser masacrado por unos canes desconocidos, presumiblemente vecinos del sector donde vivíamos. También llegó la Elisa, la fiel Eli, que estuvo en nuestra casa desde el primer hasta el último día. Siempre estuvo allí, resguardando los límites del territorio, espantando a todas las potenciales amenazas, siendo violada en el jardín por los perros del sector y pariendo camadas de al menos cinco perros cada vez que quedaba preñada. Eso dejó una larga descendencia de la Elisa en el hogar, descendencia que rápidamente desaparecía porque los perritos se transformaban en regalos para distintas personas que solicitaban un cachorrito, un animalito dócil y fácil de domesticar, que se pudiera moldear a la educación deseada y convertirse en lo que el dueño quisiera de él. Ninguno de los hijos de la Elisa duró mucho tiempo en mi casa, no duraban más de tres meses. Luego un desconocido recibía de parte de las manos de mi padre a alguno de los retoños, y nunca más los volvíamos a ver. Fueron tantos los cachorritos que nacieron en mi casa que no son muchos los nombres que logro recordar. A todos, tarde o temprano, se los llevaban.

En casa tampoco faltaron los gatos. Los primeros llegaron junto con nosotros a la casa de la que ya les he hablado. Eran José Miguel y Bárbara, que luego de impensados sucesos terminaron siendo Josena Migalina y Bárbaro -un día José Miguel se hinchó tanto que le salieron gatitos por el poto. Cuenta mi papá que cuando esto pasó, yo exclamé "¡Gracias, Dios, por hacer que el hombre tenga a los hijos!". Éstos fueron los encargados de reproducir la especie dentro del hogar, llegando incluso hasta la tercera o cuarta generación. Bárbaro, como buen gato, un buen día huyó del hogar. A veces volvía en búsqueda de comida y cariño, pero bastaba con que sus necesidades fuesen satisfechas para que decidiera emprender viaje de nuevo. Josena Migalina, en cambio, era mi regalona (al igual que la Eli). Siempre estaba ahí para mi, a mi me gustaba retratarla, hacerle cariño y hablarle. Creo que ella también se sentía muy querida por mi. 

Un día mi mamá nos fue a buscar al colegio. Cuando íbamos llegando a casa mi hermana se bajó para abrir el portón y para que así pudiésemos entrar el auto. Ibamos entrando cuando por la ventana vi tirada a un costado del camino de entrada a la Josena Migalina muerta. Me bajé rápidamente del auto, esperando que solo estuviese debilitada porque alguno de los torpes perros la había agarrado a modo de juego. Pero no, no había vuelta atrás. La Josena Migalina estaba con sus ojitos verdes entornados, esperando que mi mano se los cerrara. No respiraba. No la podría revivir. Se había ido. 

Muchos gatos murieron en mi casa. Tengo recuerdos de ver gatitos tirados en el patio agonizando y nosotras sentadas al lado de ellos esperando que murieran. Pero ninguna muerte me dolió tanto como la muerte de la Josena Migalina. Ella era una figura de autoridad dentro del terreno ¡no podía morir! ¿qué sería de nosotros y de los gatitos sin la Josena Migalina?
En el caso de los perros, no fueron muchas las ocasiones en que los vimos morir. El Guander tuvo una muerte trágica: se peleó con un temerario Rottweiler vecino, llamado Puelche, y la pelea terminó con la muerte del Guander. El jardinero lo encontró semanas después putrefacto al borde del canal contiguo a mi casa. Mis papás quisieron pasar la muerte del Guander por una desaparición, hasta que la mentira no pudo sostenerse más, y nos contaron lo que realmente había pasado con él. 

La Josefa, que era una Bóxer y pareja del Guander, llegó muy viejita a la casa. Sus tetas estaban al arrastre, secas, agrietadas de tanto uso y tanto tiempo en desuso. Era tan vieja que un día ya no pudo caminar más, y decidimos inyectarla. La pudimos haber visto morir. Yo decidí no hacerlo porque sabía que me daría mucha pena. Ni siquiera acompañé a mi papá a enterrarla: le tenía terror a la muerte de un animal tan querido, sobre todo después de la muerte de la Josena Migalina.

Mis papás se separaron, nosotras nos fuimos a vivir con mi mamá y mi papá permaneció en esa casa. La Eli, al pie del cañón, siguió ahí. Cuando mi papá tomó la decisión de irse, regaló a la Eli a una vecina. Nunca más supe de ella. Ni siquiera nos despedimos. Presumo que debe haber vivido unos quince años, por lo que murió hace no tantos años. Qué ganas de haberla vuelto a ver, o de haber alcanzado a despedirme de ella y darle gracias por todo lo que nos dio y por todo lo que me enseñó. Mi experiencia con ella fue mi primer acercamiento a conocer bien a los animales, saber que tienen sentimientos, intuición, que son seres que piensan y que pueden reconocerte entre una multitud de gente y tenerte cariño.

Después de esta etapa pasaron dos años en que no tuvimos mascotas. En el año 2002 nos trasladamos a vivir con mi papá. Un día de junio, justo antes de que mi papá dejara la casa para emprender un viaje de semanas, apareció una gatita. No me acuerdo qué nombre le pusimos. Al ver que no era una gata callejera y que necesitaba una casa, decidimos adoptarla. Era divertida porque tenía rasgos propios de una gatita muy educada, como por ejemplo que cagaba en la tina (?), característica que ignoraba que un gato pudiera tener. Era tranquilita, se notaba que tenía más de 2 años, era sociable. No molestaba en nada. Cuando mi papá se fue, llegó mi abuelo a cuidarnos. A él le daba asco la gata y no entendía cómo un animal podía sobrevivir sin que estuviese afuera durmiendo con los caballos en un corral. Misteriosamente un día nuestra gatita desapareció. Cuando mi papá llegó y le contamos él no creyó que mi abuelo la hubiese echado a la calle. Nosotras siempre lo pensamos así.

Después de esa fallida experiencia, con mis hermanas quedamos con las ganas de tener una mascota, pero no ya un gato sino que un perro, y ojalá chiquitito. Mi papá proponía que el nombre tenía que ser Cusharón. No "Cucharón", sino que "Cusharón". Como era un nombre masculino, teníamos la expectativa de que nuestra búsqueda solo se limitara a machos. 
Un día mi papá agarró el diario y vio un anuncio de una persona que vendía cachorritos de foxterrier chileno en una parcela en Peñalolén. Mi papá nos mostró fotos de esta raza de perros, nos gustó, y partimos a buscar a Cusharón. Al llegar, nos bajamos del auto y vimos a una persona señalarnos dónde estaban los perritos. A medida que nos íbamos acercando, los tímidos e indefensos cachorros retrocedían. Al parecer no estaban muy acostumbrados a la presencia humana. Sin embargo, una de las hermanitas salió vociferante a ladrarnos -con tan solo cuarenta días de vida-. "¿Cuál van a querer?" nos preguntó el señor. Mi hermana grande, sin pensarlo, dijo "¡a ella! ¡me gustó porque es chora!". Ninguno de los otros involucrados -mi papá, mi hermana chica y yo- estábamos muy convencidos, pues no nos pareció muy amigable. Sin embargo no mostramos mayor resistencia, así que la malas pulgas fue la elegida. 

En el auto mi papá puso un tema importante sobre la mesa:

- "¿Y cómo se va a llamar?"

Nos acordamos de los deseos de mi papá de ponerle a un perro "Cusharón", pero se trataba de una fémina por lo que el nombre no le quedaría muy bien. A modo de adaptación, mi papá propuso ponerle "Cusha", pero nadie le hizo caso porque lo encontrábamos feo. Primero se llamó "Amelie" (la película había salido ese año, estaba muy de moda). Claro que andarla llamando "Amelie" nos empezó a sonar siútico y hasta medio largo. Es por eso que adoptamos las recomendaciones de la Organización Internacional "Mi papá y sus apodos", y quedó como Cusha.

Se notaba que la Cusha tenía carácter desde pequeña, sin embargo era una cachorra por lo que, aunque fuese choriza, también podía ser tierna al mismo tiempo. Claro que quizás no llegó en el mejor minuto: yo quería y creía necesitar toda la atención de mi papá, y con la Cusha en medio parte de la atención se desviaba hacia otro lado. Por eso empecé a actuar agresiva con ella. No quiero poner acá las cosas que hice, pero era realmente mala. Me arrepiento por eso, y ya le he pedido mil veces que me perdone por haber sido así de inmadura y violenta. 

La Cusha estuvo en todas. Aperró en seis cambios de casa, adaptándose sin ningún problema. Nos hizo pasar sustos por su vida, sobretodo en sus últimos años de vida, ya que a veces se ponía a chillar de la nada, y no sabíamos qué era lo que le dolía exactamente. Hubo un verano en que estos episodios fueron bien recurrentes, y el dolor la dejaba desorientada y atontada. Uno de esos días del verano nos fuimos de vacaciones con mi familia y los perros, y ese día decidimos ir a conocer el lago Budi. Fue en este verano en que la Cusha empezó a quedarse ciega, por lo tanto estaba asimilando lo que era tener que guiarse por los sonidos o los olores, y aprender a prescindir de la vista. Llegamos a Puerto Saavedra y todos nos bajamos del auto para caminar hacia el final de un embarcadero que había ahí. La Cusha iba caminando al lado de mi hermana como era de costumbre, cuando de pronto se escuchó el sonido de un cuerpo sumergiéndose en el agua. Era la Cusha que se había caído. Ella iba caminando feliz de la vida, cuando en cierto punto el muelle comenzaba a enangostarse. Fue ese el momento en que la Cusha cayó. Cuando escuchamos el ¡SPLASH! todos, no sé cómo, supimos que se trataba de la Cusha. Había caído como un metro y medio, quizás más, por lo que no era cosa de agacharse y sacarla. Además habíamos avanzado un buen trecho por el muelle, así que tampoco era fácil guiarla hasta la orilla del lago. Como si hubiesemos tenido un plan armado de antes, mi hermana automáticamente se acostó en el suelo del muelle, con los brazos colgando para abajo para tratar de agarrar a la Cusha; mi papá le agarró los pies y la acercó a la superficie del lago, mi hermana estaba de cabeza tratando de sacar a la Cusha, mientras yo y mi otra hermana agarrábamos al Alberto para que su nerviosismo no se interpusiera, y le hacíamos ruidos a la Cusha para que pudiera acercarse a nosotros lo más posible, para que así mi hermana pudiera sacarla en cuanto antes. El lago abundaba en algas, y yo pensé lo peor: la Cusha se va a enredar y se va a empezar a hundir, y tendremos algo muy triste que lamentar hoy. Finalmente nada de eso pasó. Mi hermana logró agarrarla y sacarla del lago. Pero recuerdo haber llegado a Santiago con la sensación de que no le quedaba mucha cuerda, y hablé con algun@s amig@s amantes de los perros para saber qué le pasaba a la Cusha y qué se podía hacer. 

La Cusha le conoció todos los pololos a mi hermana. La Cusha era una celebridad, cualquier persona que osase declararse amigo nuestro tenía que conocer a la Cusha en persona. Cualquiera de nuestros amigos sabe la cálida bienvenida que daba la Cusha a los invitados cuando llegaban a casa, ladrándoles por 15 minutos sin parar y enojándose porque nos reíamos de su hospitalidad. 

El Alberto también es un pilar importante en la historia de los animalitos de la familia. El pobre Albertito era el regalo de navidad de parte de mi papá para su pareja. Corrían las primeras semanas de diciembre del 2006 y en la casa de mi papá apareció este guatón de dos meses, con su guatita redonda, rosada y peludita, con su hocico modesto y orejitas caidas, incapaz de levantarlas por lo chiquitito que era. Mi papá dijo "lo tendré acá hasta el 24 porque de ahí se lo voy a regalar a Harley para la navidad". El 24 teníamos mucha pena porque no sabíamos cuándo volveríamos a ver a este pequeño demonio. El 26 en la noche, Albertito volvió a aparecer en la casa de mi papá, pues la mamá de Harley lo había rechazado. Ni siquiera recuerdo qué hicimos con él en ese tiempo, solo sé que no lo tuvimos nosotros. Creo que se lo quedó una amiga de la suegra de mi papá. 

En Agosto del 2007 mi papá dio una buena nueva: "el Alberto se viene a la casa". Cuando llegó no lo reconocí. Sus orejas habían crecido tanto que eran más grandes que su cara, su hocico se había estirado y era kilométrico, todo le había crecido...excepto sus patitas ajajajaj parecía una mesita de centro. De ahí en adelante para nosotras toda la vida hogareña transcurría con el Alberto y la Cusha. La Cusha tuvo que adaptarse al Alberto y lo hizo muy bien. No habían vacaciones en que no los consideráramos así que pasamos muy buenos ratos juntos y, por qué no decirlo, también muy malos ratos juntos. Los perros tienen eso que a veces me hacen sentir egoísta, pero que siempre quieren estar contigo, nunca te van a rechazar por nada. No creo que yo los quiera por eso en todo caso, si igual la Cusha era como un gato e iba cuando quería. Pero era rico sentir su compañía y saber que yo no estaba sola en la casa porque estaba con ellos. 

El 2014 fue el último año en que viví con la Cusha y el Alberto. El 2015 mi papá se fue a vivir al sur y se los llevó con el. El Alberto se transformó de un tierno peluche a un patrón de fundo esquivo y protector. La Cusha siguió igual que siempre, su ceguera comenzó a profundizarse, y uno ya notaba que se aprendía de memoria los recorridos que hacía, no fallando nunca en achuntarle con el pie a un peldaño, no dando nunca un paso en falso. De todas formas se veía que la Cushita se iba apagando. A pesar de que siempre tenía ánimo de ir a buscar su pelotita de tenis, la ceguera le hacía difícil la tarea, y la fragilidad de sus huesos no la dejaba avanzar con la confianza de antes. La última vez que fuimos a ver a mi papá antes de la muerte de la Cusha, que fue a principios de junio, yo me despedí de ella con toda normalidad, como asumiendo que nos volveríamos a ver. Mi hermana dijo "quiero darme el tiempo para despedirme de ella porque no sé si esté viva la próxima vez que la vea". Yo lo tomé un poco para la chacota -o en realidad no quise aceptar esa posibilidad de que la Cusha se fuera- y dije "no creo, yo confío en que nos volveremos a ver". Mi hermana le hizo un cariño suave en el lomo, lo bastante para que ella casi no lo notara y no comenzara a gruñirle como de costumbre. Derramó una lágrima. A eso la siguió Maxi, que también sintió que era última vez que la veía. Se despidió largo rato de ella, se tomó más tiempo que yo para la despedida. Yo miraba y pensaba "la volveré a ver". No fue así.

Cuando empecé a escribir esto habían pasado pocos días desde la muerte de la Cusha. Muchas veces me pregunté cómo sería ese momento, si me dejaría perpleja o si podría seguir ejecutando mis tareas diarias de manera normal. Trataba de pensar en una vida sin mis perros y no podía imaginármela, porque los tenía muy considerados como parte de mi vida. La cosa es que dos semanas después de esa visita a la casa de mi papá, mientras se desarrollaba un partido de fútbol de la copa américa en el que jugaba Chile, mi papá nos mandó un mensaje a mis hermanas y a mí contándonos la noticia. Había echado de menos a la Cusha, y fue a ver si estaba en el canil donde dormía todo el día en el último tiempo, y ahí estaba la Cushita, con sus ojitos entornados y una actitud de descanso que se notaba en su expresión facial relajada y la postura de su cuerpo totalmente entregado a la gravedad del suelo. Mi papá le tomó el pulso y cayó en cuenta de que estaba muerta. La cubrió con su mantita de polar que la había acompañado en los últimos años, y al día siguiente la enterró al lado del canil. Le hizo una linda sepultura con figuras de piedra, y no la enterró sola sino que en la mantita de polar la envolvió a ella junto a su pelota de tenis que ha de haber perseguido hasta el último día.

El día del entierro de la Cusha, es decir el Domingo, a Maxi y a mi nos hacían entrega del departamento en el que por primera vez viviríamos juntos. Ese día, luego de haber recibido las llaves, lloré de emoción porque este día era la encarnación del ciclo de la vida, de cómo ciertos procesos o etapas se cerraban y otras comenzaban. La Cusha había sido parte de buena parte de mi vida. No quería dejarla ir por costumbre, porque ella siempre había estado ahí, vi desde sus primeros pasos hasta los últimos ¿cómo se suponía que la vida seguía si la Cusha no estaba? No, me estaba aferrando a ella, a su recuerdo, a su cotidiano existir. No, la Cusha no era un perro no más, así que si alguien me decía "menos mal que fue un perrito y no tu hermana" le iba a pegar un charchazo. No quería aceptarlo, y sin embargo así es como las cosas eran: en adelante, todos los eventos que deparaba el futuro, no tenían contemplados a la Cusha. Y así era la cosa. Había que mirar la realidad y decir "así son las cosas. esto es". 

Me costó días dejar de pensar en la Cushita, de estar repasando todo el día su vida, de cómo llegó a nuestras vidas, las cosas que le hice y que me arrepiento, de cada cariño que valió la pena, cada vuelta a la manzana, cada bolsita de galletas finas para perros que le dábamos para sus cumpleaños y navidades, los peluchitos destrozados en cosa de segundos, su mal genio, que la gente no la pescara cuando salíamos a pasear porque todos se embobaban con el Alberto, todo eso valía la pena. No la quería a pesar de eso, sino que por eso. 

Hoy en día sé que el futuro no contempla a la Cusha, sé que no va a conocer mi casa, ni a mi descendencia, ni a los nuevos amigos que haga en la vida. Pero me he encargado y me seguiré encargando de que todas las personas que me importan conozcan la historia de la Cusha y la huella que dejó en mi vida.

Gracias por todo, Cushita. Me enseñaste a querer no solamente la parte linda de las cosas, sino que a ver el lado más duro, más frío, y aún así abrazarlo y decir de nuevo "te quiero".




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Hoy es 14 de marzo del 2016. Con Maxi estamos en Llanquihue, vinimos a ver a unos amigos. Ayer planeamos un viaje en bici a Frutillar. Cuando veníamos de vuelta recibí un llamado de mi hermana. No lo atendí porque venía con las manos ocupadas. Cuando llegamos a Llanquihue, tomé el teléfono para ver si me había mandado un mensaje diciéndome qué quería. Grande fue mi sorpresa cuando me encuentro con un mensaje de mi papá en el grupo familiar contándonos que el Albertito había sido atropellado. Cuando vi este mensaje estábamos en la calle, andando en las bicis y a 10 minutos de llegar de vuelta. Maxi me preguntó si quería parar un poco y le dije que no. Al rato, entra una nueva llamada de mi hermana, y decido parar para atenderla. Cuando contestó sabía perfectamente para qué me llamaba. Su voz temblorosa y triste me contaba cómo había sido el accidente que terminó con la vida de uno de los perros más importantes de mi vida (junto con la Cusha). Mientras ella narraba esto, con Maxi nos abrazábamos en la calle, llorando mientras sosteníamos las bicicletas y la gente pasaba por el lado. Cómo un perro tan bueno, tan sorprendentemente bacán, tan cariñoso podía merecerse una muerte tan cruel? una muerte tan indigna? una muerte que jamás imaginé para él? Ahí es cuando uno dice "bueno, la muerte no hace distinciones, a todos nos llega de distintas formas". Pero no puedo evitar pensar en el pobre Albertito ¿habrá sabido que se iba a morir apenas la rueda le pasó por encima? Solo espero que mientras mi papá lo acariciaba esperando que se fuera haya sabido que ahí estába(mos) para él, que así como él nos acompañó a todas nosotros estaríamos ahí con él hasta el final. Lo que más me entristece es por qué su vida tenía que tener un final como ese. Siempre imaginé que moriría viejito, nunca pensé que moriría atropellado. Qué muerte indigna, qué cosa menos deseable para un ser tan noble como un perro. Me doy cuenta con esto de lo frágil que es la vida, de que da lo mismo mis características, hay un montón de variables que yo no manejo y que por suerte me mantienen hoy con vida pero que no es obvio que así sea. Albertito, donde sea que estés, espero que hayas sentido siempre mi cariño, te lo di como nunca se lo había dado antes a un perro. Sin ti en mi vida, los perros que se me cruzan en la calle no me recordarían a ti cada vez que los veo. Me enseñaste que los perritos siempre agradecen un gesto cariñoso hacia ellos, aunque el encuentro sea fugaz en un paradero, entrada del metro, feria de verduras, incluso cuando los veo yacer moribundos al borde de la carretera. Incluso en esos momentos, cuando paso en auto por al lado, quisiera parar, hacerles cariño y decirles "tú no te merecías morir así, eres un ser muy noble". Sé que hay cosas que no vale la pena decir en este momento, porque en nada ayudan. Malditos los accidentes, esos que nos dejan pensando "esto se podría haber evitado". Esos accidentes nos dejan toda la vida con un nudo en la guata y pensando en la historia contrafactual: "y si hubiera pasado esto otro?"; "y si el señor hubiese ido a dejar las frutas a pie y no en auto?" "y si el kike no se hubiese cruzado para detener el paso del Alberto y así él no se hubiese detenido frente a la rueda?". Maldiciendo estos eventos pienso que podría haber tenido poder para controlar lo que pasó. Este es un buen recordatorio de que hay muchas cosas que no puedo controlar, de que estos accidentes ocurren, y que hoy no me queda más que recordar al Alberto, a la Cusha, y a todos los perros y mascotas que han pasado por mi vida como una gran bendición, como unos seres respetables, maravillosos, pacientes, cariñosos, a quienes intentamos darles lo mejor de lo nuestro y que, estoy segura, también nos dieron lo mejor que tenían. Gracias por este legado, Alberto y Cusha. Los recordaré por siempre, en cada aventura por el sur de Chile, cada pelota de tenis, cada latita de comida de perros digna de regalo de cumpleaños, cada vez que tenga frío y recuerde lo grato que era sentir su calorcito a mi lado. Se merecen un gran descanso, ténganlo, vivieron a concho, el destino nos puso en el mismo lugar al mismo tiempo, doy gracias por el milagro que fue habernos encontrado. Un beso para los dos, descansen juntos y cuídennos a los que quedamos.

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